El 10 de agosto de 1984, en el Forum de Inglewood (Los Angeles), los jugadores españoles subieron al podio para recibir una medalla de plata histórica, después de haber perdido en la final por 96-65 contra el poderoso equipo de Estados Unidos encabezado por Michael Jordan.
España ya había celebrado su plata por anticipado, dos días antes, cuando al derrotar en la semifinal a Yugoslavia (74-61) se había ganado el derecho a jugar el último partido del campeonato, con la medalla asegurada y valorada prácticamente como si fuera la de oro.
Aquella plata olímpica en Los Angeles no fue el primer gran éxito de la historia del baloncesto español. Antes se habían celebrado otras dos medallas, la del primer Eurobasket (1935) y la del europeo de 1973 que se había disputado en Barcelona.
Pero la plata de 1984 fue la que marcó el inicio de la historia moderna del baloncesto español y durante muchos años fue el mayor referente de varias generaciones de aficionados.
España había disputado la primera fase del torneo olímpico encuadrada en el Grupo B, del que acabó en segunda posición después de ganar a Canadá (83-82), Uruguay (107-90), Francia (97-82) y China (103-82).
El equipo español sólo cedió una derrota (68-101), frente a la potente selección de Estados Unidos, dirigida por Bobby Knigth y formada por jugadores que en los años siguientes se convertirían en grandes estrellas de la NBA: Michael Jordan, Pat Ewing, Chris Mullin, Alvin Robertson y Sam Perkins, entre otros.
España ganó en cuartos de final a Australia (101-93) y en semifinales a Yugoslavia (74-61). Y en la final, el equipo de Antonio Díaz Miguel se enfrentó de nuevo al extraordinario equipo estadounidense, que logró fácilmente la medalla de oro (96-65) finalizando el torneo sin haber perdido un solo partido.
Al torneo no asistieron, a causa del boicot político, los países del bloque socialista encabezados por la Unión Soviética.
La Selección que consiguió la histórica medalla de plata olímpica estuvo formada por Juan Antonio Corbalán, Ignacio Solozábal y José Luis Llorente (bases), Josep María Margall, Juan Antonio San Epifanio, Juan Manuel López Iturriaga y José Manuel Beirán (aleros), Andrés Jiménez y Fernando Arcega (ala-pivots) y Fernando Martín, Fernando Romay y Juan Domingo De la Cruz (pívots). Todos ellos, a su regreso a Madrid y Barcelona, fueron recibidos en los respectivos aeropuertos como auténticos héroes.
Fuente:El Mundo
https://www.elmundo.es/elmundodeporte/2009/08/10/baloncesto/1249893660.html