El joven Indurain, de 22 años, afrontó la carrera con la única ilusión de ganar el prólogo y mantener el liderato hasta la etapa de Pamplona, consciente de que en la alta montaña lo tendría complicado.
Induráin cumplió su primer objetivo -en 4 kilómetros de prólogo aventajó en 11 segundos al segundo clasificado, Winterberg-, pero lo de mantener el liderato hasta Pamplona pronto se vio que iba a ser un desgaste excesivo, ya que los equipos eran de solo siete corredores -a Induráin le ayudaban Marc Gómez, Myrylainen, Pineau, Carrera y Rubén Gorospe.
Induráin llegaba quinto a la capital navarra -una fuga se había presentado en Salamanca con 8 minutos de ventaja-, pero ya se había fijado un nuevo reto: comprobar hasta dónde podía llegar en la montaña. Y en las jornadas pirenaicas -Etxabe ganó en Pau y Cubino en Luz Ardiden- recortó diferencia con el líder Knickman (la Vie Claire) hasta 5:25.
En la crono de 27 kilómetros de Carpentras (al pie del Mont Ventoux), Induráin volaba para recortar 3:07 a Knickman, que en la primera etapa alpina se derrumbaba. El ciclista villavés recuperaba el liderato y sus rivales pasaban a ser Patrice Esnault y Alexi Grewal. En la etapa con final en Sestrieres su equipo controló para evitar ataques de los rivales, y Miguel Induráin se presentó en la meta final de Turín con una ventaja en la general de 47 segundos sobre Esnault y 1:46 sobre Grewal.
Induráin no dudó en considerar el triunfo como «el más importante» de su carrera deportiva y explicó que las dos claves fueron el gran trabajo de su equipo para que no perdiera tiempo en varias etapas, y el hecho de haberse visto muy fuerte en la primera etapa de montaña. «Ahí pensé que quizás podría luchar por ganar la general».
Fuente:
Diario de Noticias
https://www.noticiasdenavarra.com/deportes/2011/09/19/ciclista-porvenir-3324459.html